La importancia de elegir buenos rectores

Carlos Barrachina Lisón
3 de agosto de 2019

El lunes día 5 de agosto la Junta Directiva de la Universidad de Quintana Roo inicia con la ronda de entrevistas para elegir al próximo rector de la Universidad de Quintana Roo.

En lo particular me gustaría imaginar que éste va a ser un proceso límpio y transparente. Sin embargo, nadie cree que ello sea así y todos los dados parece que están cargados. No tengo duda de que José Luis Esparza presentará el mejor programa y las mejores credenciales; pero será López Mena el que sin ideas para gestionar la UQROO y sin credenciales guíe en los próximos años a la UQROO.

Hace ya ocho años yo ayudé de forma decidida a Manuel Alamilla en la elaboración de su programa como candidato a Rector. Varios de los que apoyan a Esparza tienen muy buena relación con Alamilla y entonces lo apoyaron también (visto lo visto qué bueno que Elina salió electa rectora en aquel entonces … Alamilla hubiera sido muy mal gestor, como demuestra desde la Oficialía Mayor del gobierno del Estado).

En aquella ocasión Alamilla me contó que se encontró a Elina Coral en el aeropuerto, y que palabras más, palabras menos, ésta le dijo: «ánimo, a tí se te hizo tener el mejor programa, a mí se me hizo ser Rectora; así es la política».

Esta semana Alamilla se encontrará del otro lado, como integrante de la Junta Directiva; y si no sucede nada inesperado seguirá la linea y «traicionará» a sus amigos de la UQROO. Luis Fernando Cabrera se la jugó por él hace años, y lo más probable es que en esta ocasión no se le regrese el favor.

Creo que es un gran desperdicio de tiempo y energías el que exista un órgano universitario que no tenga la capacidad de decidir entre los mejores perfiles para la rectoria. La simulación es algo que debería ser desterrada.

Eso no significa que la autonomía sea deseable para la UQROO, en el sentido de que cualquier profesor universitario pueda hacerlo mejor que un político.

Una buena muestra es el pésimo papel que está haciendo Rafael Romero Mayo en la Secretaría de Educación (no hablo de Ana Vázquez porque ella no es una académica, sino una administrativa de la Universidad).

Otra muestra es el escándalo que acaba de publicar el Universal sobre la Universidad Politécnica de Quintana Roo.

En este caso pareciera que Raúl Aristides Pérez Aguilar, pariente de Héctor Aguilar Camín, o se dejó engañar por su falta de experiencia política, o participó de forma directa en la Estafa Maestra de la adminitración de Enrique Peña Nieto (el profesor de la UQROO fue muy cercano al PRI y a Roberto Borge Angulo).

Mario Meléndez de El Universal implica a Quintana Roo en la Estafa Maestra de Rosario Robles. Según esta información, la Universidad Politécnica de Quintana Roo, dirigida por Raul Aristides Pérez Aguilar (enfatoza Melendez) habría desviado 97 millones de pesos y el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social 806 millones a empresas fantasmas relacionadas con Roberto Borge.

No es una cuestión de autonomía, o de que un académico necesariamente sea un mejor candidato, es un tema de responsabilidad y de que la Junta Directiva haga su trabajo de la mejor manera posible. Quedan pocos días para saber qué pasó finalmente.

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