Dolor de una madres

El dolor de una mujer indígena

/

*EL DOLOR DE UNA MUJER INDÍGENA*

El mundo ya hablaba de una mujer oaxaqueña hace exactamente 19 años y no precisamente de Yalitza Aparicio, era de Inés.

Inés Ramírez es una mujer campesina que vive en Río de Talea, San Lorenzo Texmelucan,Sola de Vega. Oaxaca. Un pequeño pueblo de menos de 400 habitantes de la zona indígena de la Sierra Sur de Oaxaca que obtuvo atención de los medios de comunicación a nivel mundial al practicarse una autocesárea.
El 5 de marzo 2000, esta mujer estaba embarazada y se encontraba sola en su choza. De hecho, Inés no habla español, y su lengua materna es el zapoteco.
La clínica más cercana estaba a casi 100 kilómetros de distancia cuando empezaron los dolores del parto, y la línea telefónica estaba alejada de su vivienda. Intentó dar a luz por su cuenta pero, tras 12 horas de esfuezos sin éxito, Inés tomó una dura decisión: realizar una cesárea sobre sí misma.
A la medianoche y después de horas de dolor continuo, Ramírez se sentó en un banco y bebió tres vasos pequeños de licor fuerte. Luego usó un cuchillo de cocina que usaba para matar animales de 15 centímetros para cortar su abdomen en un total de tres intentos. Ramírez cortó su piel en una línea vertical de 17 centímetros, varios centímetros a la derecha de su ombligo, comenzando cerca de la parte inferior de las costillas y terminando cerca del área púbica.
Después de operarse por una hora, buscó dentro de su útero y sacó a su bebé. Luego cortó el cordón umbilical con unas tijeras y quedó inconsciente.
Usó ropa para vendar su herida después de recuperar la conciencia, y envió a uno de sus hijos mayores a buscar ayuda.
Varias horas más tarde, la asistente de salud de la aldea encontró a Ramírez consciente y alerta, junto con su bebé vivo. Le cosió la incisión con una aguja y un hilo disponibles.
Finalmente, Ramírez fue llevado al hospital más cercano, a ocho horas de distancia en automóvil. Fue dada de alta del hospital el décimo día después de la cirugía y se recuperó completamente.

Al describir su experiencia, Ramírez dijo: «Ya no podía soportar más el dolor. Si mi bebé iba a morir, entonces decidí que yo también tendría que morir».
*FELIZ DÍA DE LA MUJER INDÍGENA*

NOTA: Hoy cuentan con un Hospital Regional y con una atención pésima por parte de los Médicos.