Chetumal.- Pedro Antonio de los Santos, poblado ubicado en el kilómetro 105 de la carretera federal Chetumal-Cancún, se encuentra en total abandono de la autoridad municipal y estatal, al margen del incipiente desarrollo y muy lejos del bom turístico de la zona norte del estado.Una comunidad de poco más de mil habitantes en su mayoría con viviendas de madera y techo de lámina de zinc, cartón o palmas, sobre salen algunas casas de material (pie de casa) construidas tres meses después del paso del huracán Dean, que un 20 de agosto de 2007 devastó ese poblado y la zona sur de la entidad. Sin embargo, señalan algunos lugareños, es una población que no mejora y que no tiene todos los servicios públicos indispensables y que paulatinamente se va quedando sin jóvenes, ya que de cada 10 que egresan de la telesecundaria, solamente 2 se quedan a vivir en esa comunidad, principalmente por carecer del sustento económico para continuar su bachiller en las poblaciones cercanas como Limones o Bacalar. El resto emigra a la zona norte de la entidad en busca de trabajo y abandona sus estudios.Perteneciente al municipio de Bacalar desde el 2011, ya que antes era parte de Othón P. Blanco, Pedro A. Santos no figura en la agenda de prioridades del presidente Alexander Zetina Aguiluz, ya que sin una sola visita a la comunidad, ni alguna alternativa de apoyo o programa a implementar, se permanece a penas con 8 calles con incipiente pavimento que rodean las primeras manzanas colindantes con la carretera federal.Con más mujeres que hombres de esos poco más de mil habitantes, la economía de Pedro A. de los Santos subsiste con la venta de piña-miel, así como la pitaya, plátano manzano, nance y miel de abeja, en los más de 14 puestos colocados a los costados de la vía federal Cancún-Chetumal.Algunas de las personas encargadas de vender, precisaron que el principal producto que logran sembrar y que les ayuda a subsistir gran parte del año es la piña-miel, la cual la llegan a ofertar según el tamaño hasta en 10 pesos el kilo cuando hay mucho producto y cuando escasea hasta en 60 pesos el kilo y les sirve pues con ella se surte gran parte de la demanda que existe en la zona norte de la entidad.En Pedro A. de los Santos Otros, tienen algunos negocios como panadería, tienditas de abarrotes, tortillería y una pequeña lonchería que atiende a los pasajeros de algunos autobuses foráneos que ahí tienen su paradero.Hace aproximadamente 8 años, posterior al huracán Dean, comenta un empleado de la panadería, el Ejido Pedro A. Santos el proyecto del Balneario Ecopark era una gran fuente de ingresos para todos. La población se llegó a incrementar a poco más de 1 700 personas, ya que se construyeron las cabañas y contaba con entretenimientos como la tirolesa, el catamarán y el cayac.En este “desarrollo ecoturístico”, su principal atractivo es la Laguna de Bacalar, colindante con dicho ejido y que a decir de los pobladores, contaba con todos los permisos ambientales y se cumplía con todos los impuestos municipales, principalmente.Este desarrollo ecoturístico era llamado el bom económico de esta zona, sin embargo la corrupción y una mala administración ejidal propiciaron la quiebra financiera de este proyecto que hoy se encuentra en el total abandono, en espera que llegue la autoridad municipal o alguna otra autoridad para otorgarles apoyos y pueda esta gente salir adelante.
Fuente: Guillermo Miranda