Por Jorge Arguelles / Espacio Ciudadano
Chetumal.- Durante más de tres años, Alejandro Yah Navarrete jugó con el dolor ajeno. Se presentó como una persona sensible, experta yamante de los animales, pero terminó siendo el rostro de uno de los fraudes más repulsivos en Chetumal. Bajo el nombre comercial de Xibalba, ofrecía cremaciones y despedidas simbólicas a quienes acababan de perder a sus mascotas, pero en realidad las tiraba en bolsas negras en terrenos baldíos, algunas a pocos metros del Tribunal para la Justicia de las Mujeres.
Cobraban de 1,500 a 8,000 pesos pero el engaño era minucioso y estratégico, entregaba urnas sencillas con falsas cenizas y una advertencia a los dueños de “no abrir el recipiente en ese momento”. Lo que muchos recibieron como las cenizas de su compañero de vida, era en realidad tierra común o polvo de madera.
Yam Navarrete incluso se hacía pasar por veterinario, aplicando supuestas “inyecciones de descanso” que solo provocaban agonía y dolor a los animales. Su cómplice, Brizeidy Koo Dávila, y otros presuntos beneficiarios del dinero, participaron en una red que operó impunemente.
No fue sino hasta un reporte anónimo sobre bolsas negras sospechosas en la avenida Primo de Verdad con Isla Contoy, que reveló un macabro hallazgo: decenas de cuerpos de animales presuntamente cremados por la empresa Xibalbá.
De acuerdo con testimonios, Yah Navarrete y su cómplice Brizeidy Koo Dávila perfeccionaron el engaño con supuestas ceremonias de despedida, urnas ornamentales y discursos de consuelo.
Las autoridades encontraron más de 45 cuerpos de animales en estado de descomposición. La Fiscalía General del Estado y la Procuraduría de Protección al Ambiente integran ya carpetas de investigación (FGE/QROO/OPB/10/5562/2025 y PPA/DP/DPAA/DSPDAZS/024/2025) para procesar a los responsables, mientras decenas de familias lloran con impotencia el engaño.
El lugar, que nunca tuvo permisos sanitarios ni ambientales, operaba a la vista de todos. Vecinos aseguran que jamás vieron humo ni actividad propia de un crematorio, aunque en ocasiones se percibía un olor extraño y fétido. “Era un secreto a voces”, dijeron algunos.
El negocio ofrece servicios incluso en municipios como Valladolid, Bacalar y Playa del Carmen, posiblemente extendiendo el fraude a más familias.
La rabia y la indignación se desbordaron frente al local clausurado. Dueños de mascotas engañados se reunieron exigiendo justicia, no solo por el dinero perdido, sino por el ultraje emocional. “No se trata de cenizas falsas, se trata de respeto”, dijo una de las afectadas. Xibalba se convirtió en un símbolo de impunidad y deshumanización, un reflejo de cómo la crueldad puede esconderse bajo el disfraz del servicio funerario.
Muchas personas no saben donde están los verdaderos restos de sus animales, sus compañeros de vida.
Antes todos tenían las urnas en altares, ahora se dieron cuenta del engaño, no les queda de otra que tirar la vil tierra que les dieron.
Este jueves se realizará un operativo que contempla la limpieza de varios lotes baldíos alrededor de la zona donde se hallaron más de 45 restos de animales, con el fin de encontrar más y permitir que los dueños puedan identificar a sus mascotas. Personal de la Fiscalía General del Estado, la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) y la Secretaría de Medio Ambiente participan en la investigación para documentar cada hallazgo.
En una publicación de la gobernadora Mara Lezama aseguró que esto no quedará impune.
«Estoy enterada del hecho y les aseguro que no habrá impunidad. La SEMA y la Fiscalía ya tienen conocimiento del caso y están brindando atención puntual para su resolución».
